Durante estas últimas semanas nos han estado
informando en todos los medios de comunicación sobre la renuncia del Papa
Benedicto XVI a seguir con su labor. Según él, ha dimitido porque no se ve con
fuerzas para seguir con el cargo que se le otorgó el 19 de abril de 2005, el
cargo de Papa, pero, ¿tan duro es?
A lo mejor habría que ponerse en su lugar,
porque está claro que un chico de 17 años ve muy fácil ejercer de Papa, ya que
siempre está sentado y lo único que hace es hablar y rezar, o por lo menos eso
creemos la mayoría de las personas, porque ser Papa tampoco tiene que cansar
tanto, o por lo menos no lo mismo que muchos otros trabajos (agricultor,
albañil, mecánico…) y sin embargo hay gente que con mucha edad siguen
ejerciéndolo a la perfección. El Papa está cansado, y su decisión de dimitir
hay que respetarla aunque a muchos nos parezca excesivo, está claro que un
hombre mayor no tiene fuerzas para nada, y por lo visto, para ser Papa tampoco,
aunque, repito, tampoco creo que sea un trabajo que pida mucho esfuerzo.
También habría que comprender al Papa, tiene
todo el derecho a renunciar a seguir con su cargo, y, de hecho, lo ha hecho,
por las circunstancias que sean, ya sea por cansancio, falta de fuerzas, una
iluminación divina… lo que sea. Nadie tan longevo tiene ganas de ejercer un
trabajo que le requiere tanta concentración, tantos viajes, tanta disciplina…
Benedicto XVI creo que ha hecho lo correcto, y es hacer lo que ha querido,
ahora se quedará en una iglesia rezando, haciendo lo que un cura normal y
corriente, tomando el puesto honorífico de Papa emérito hasta el día de su
muerte.
Personalmente, creo que ante una situación
así que no se daba desde 1415, no tiene que haber posturas tan radicales, como
los “progres” que van criticando al Papa por dimitir sin haber dado un palo al
agua en toda su vida, defendiendo que lo único que hace es estar sentado y
hablar con los cristianos católicos a los que les saca dinero para enriquecer a
la Iglesia y predicar la paz y la generosidad cuando durante toda la historia
ha habido muchísimas guerras por culpa de la Iglesia y hacen demasiado poco
para frenar el hambre en el mundo, cuando está en su mano poder hacer mucho más
y acabar, prácticamente, con el hambre que muchas personas sufren sobre todo en
el tercer mundo, donde los niños mueren de inanición cada minuto; y tampoco
creo que haya que defenderlo a muerte, poniéndose de su parte por haber
dimitido y santificarlo por eso, creyendo que es un ejemplo a seguir y que está
muy bien que dimita. Lo mejor sería tomar una postura neutral ante tal caso, el
Papa ha dimitido, y punto, no hay nada más que añadir, no es ni bueno ni malo,
el mundo va a seguir su curso y eso no va a influir para nada, o eso esperemos.
Concluyo diciendo que se le da demasiada
importancia, en tiempos de crisis que estamos viviendo, más nos vale a todos
estar con los pies en la Tierra y no hablar tanto de cuestiones divinas y
celestiales, cuando nunca se ha dado ningún milagro y somos nosotros los que
tenemos que intentar salir hacia adelante, con o sin Papa. Aunque si me estoy
equivocando y esa decisión va a influir en nuestras vidas, que Dios nos pille
confesados.
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