lunes, 25 de marzo de 2013

Papa, uno de los trabajos más duros que existen.


Durante estas últimas semanas nos han estado informando en todos los medios de comunicación sobre la renuncia del Papa Benedicto XVI a seguir con su labor. Según él, ha dimitido porque no se ve con fuerzas para seguir con el cargo que se le otorgó el 19 de abril de 2005, el cargo de Papa, pero, ¿tan duro es?

A lo mejor habría que ponerse en su lugar, porque está claro que un chico de 17 años ve muy fácil ejercer de Papa, ya que siempre está sentado y lo único que hace es hablar y rezar, o por lo menos eso creemos la mayoría de las personas, porque ser Papa tampoco tiene que cansar tanto, o por lo menos no lo mismo que muchos otros trabajos (agricultor, albañil, mecánico…) y sin embargo hay gente que con mucha edad siguen ejerciéndolo a la perfección. El Papa está cansado, y su decisión de dimitir hay que respetarla aunque a muchos nos parezca excesivo, está claro que un hombre mayor no tiene fuerzas para nada, y por lo visto, para ser Papa tampoco, aunque, repito, tampoco creo que sea un trabajo que pida mucho esfuerzo.


También habría que comprender al Papa, tiene todo el derecho a renunciar a seguir con su cargo, y, de hecho, lo ha hecho, por las circunstancias que sean, ya sea por cansancio, falta de fuerzas, una iluminación divina… lo que sea. Nadie tan longevo tiene ganas de ejercer un trabajo que le requiere tanta concentración, tantos viajes, tanta disciplina… Benedicto XVI creo que ha hecho lo correcto, y es hacer lo que ha querido, ahora se quedará en una iglesia rezando, haciendo lo que un cura normal y corriente, tomando el puesto honorífico de Papa emérito hasta el día de su muerte.

Personalmente, creo que ante una situación así que no se daba desde 1415, no tiene que haber posturas tan radicales, como los “progres” que van criticando al Papa por dimitir sin haber dado un palo al agua en toda su vida, defendiendo que lo único que hace es estar sentado y hablar con los cristianos católicos a los que les saca dinero para enriquecer a la Iglesia y predicar la paz y la generosidad cuando durante toda la historia ha habido muchísimas guerras por culpa de la Iglesia y hacen demasiado poco para frenar el hambre en el mundo, cuando está en su mano poder hacer mucho más y acabar, prácticamente, con el hambre que muchas personas sufren sobre todo en el tercer mundo, donde los niños mueren de inanición cada minuto; y tampoco creo que haya que defenderlo a muerte, poniéndose de su parte por haber dimitido y santificarlo por eso, creyendo que es un ejemplo a seguir y que está muy bien que dimita. Lo mejor sería tomar una postura neutral ante tal caso, el Papa ha dimitido, y punto, no hay nada más que añadir, no es ni bueno ni malo, el mundo va a seguir su curso y eso no va a influir para nada, o eso esperemos.

Concluyo diciendo que se le da demasiada importancia, en tiempos de crisis que estamos viviendo, más nos vale a todos estar con los pies en la Tierra y no hablar tanto de cuestiones divinas y celestiales, cuando nunca se ha dado ningún milagro y somos nosotros los que tenemos que intentar salir hacia adelante, con o sin Papa. Aunque si me estoy equivocando y esa decisión va a influir en nuestras vidas, que Dios nos pille confesados.

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