Durante estas últimas semanas nos han estado
informando en todos los medios de comunicación sobre la renuncia del Papa
Benedicto XVI a seguir con su labor. Según él, ha dimitido porque no se ve con
fuerzas para seguir con el cargo que se le otorgó el 19 de abril de 2005, el
cargo de Papa, pero, ¿tan duro es?
A lo mejor habría que ponerse en su lugar,
porque está claro que un chico de 17 años ve muy fácil ejercer de Papa, ya que
siempre está sentado y lo único que hace es hablar y rezar, o por lo menos eso
creemos la mayoría de las personas, porque ser Papa tampoco tiene que cansar
tanto, o por lo menos no lo mismo que muchos otros trabajos (agricultor,
albañil, mecánico…) y sin embargo hay gente que con mucha edad siguen
ejerciéndolo a la perfección. El Papa está cansado, y su decisión de dimitir
hay que respetarla aunque a muchos nos parezca excesivo, está claro que un
hombre mayor no tiene fuerzas para nada, y por lo visto, para ser Papa tampoco,
aunque, repito, tampoco creo que sea un trabajo que pida mucho esfuerzo.