¿Qué estoy haciendo con mi vida?
En mi cabeza esa es la pregunta más repetida,
buscándoles a todos los problemas una salida
para ser feliz teniendo un billete solo de ida.
Son mis movidas, no todo es de color de rosas,
no siempre se ven florecitas y mariposas,
hay que pasar por situaciones embarazosas
para darte cuenta de que la vida es maravillosa.
Así que goza, ríe, salta, vuela, pero no llores,
todos tenemos que vivir muchas sensaciones,
buenas y malas, no siempre satisfacciones.
Comprendo que estés triste y tengas depresiones
si después tres año acabaste la caja de condones,
y era de seis, no de doce, no te rindas honores,
si sabes que tu mano derecha es el mejor de tus amores.
Cojones, no vayas por ahí de chulo,
sabiendo que para que comas tu madre vende su culo,
y tú eres nulo, porque ignoras y no sabes
que gracias a mí te estás comiendo esos cereales.
Tú y tus amiguitos, todos subnormales, anormales,
animales, sus novias sí que valen, unas chicas del montón,
han pasado ya dos meses desde que hicieron la comunión.
No eres el mejor, juegas al Pro, yo al FIFA,
no creas en los milagros, deja de poner velas en misa,
es de risa, canis que intentan estudiar,
más falsos que un “te quiero” después de follar.
Total, que más dará, si fuman porros en el baño,
también la chupan, muy fuerte, haciéndote daño,
merecen la muerte casi tanto como Miguel Carcaño.
Termino esta entrada intentando convencer
de que disfrutes los momentos que no volverás a tener,
porque naciste una vez y no lo volverás a hacer,
apréndete el CARPE DIEM de una puta vez
si no quieres llegar a viejo y decir: ¿por qué no lo
intenté?
Amén.
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