jueves, 6 de diciembre de 2012

Filogonio y su poderosa memoria(un relato para reír)


Uno de los personajes más  emblemáticos que hay en Tierra, es sin duda Filogonio Mora Ballesteros, un hombre que entre sus pasiones y virtudes destaremos su gran memoria y habilidad para la conducción de coches (en las consolas).

Filogonio era un joven de 19 años que estudiaba en la universidad de Sevilla, su gran sueño era crear el mejor chiste del mundo.
Él, como hemos mencionado antes, poseía el don de una gran memoria, lo que le facilitaba al acordarse de la gran mayoría de chistes que le habían contado.

Un día su amigo Alberto, que se conocían desde hace más de diez años le contó un chiste que jamás olvidaría y le marcaría de por vida, fijaos como sería el chiste que hoy día que Filogonio tiene unos 49 años se acuerda exactamente de  como fue es momento para él.

Después de haber escuchado el chiste, Filogonio empezó a comportarse de un modo muy extraño. Él ya no veía su programa favorito en la televisión, la ruleta de suerte, ni jugaba a los juegos de conducción que tanto le apasionaban, sino que se dedicaba ha realizar cosas que no había hecho antes como lo son estudiar, leer, y lo más importante y que más preocupaba a su amigo Alberto, planchar.

Filogonio desapareció y empezó a dejar de ir a clase a pesar de que estudiaba, y desapareció de la ciudad de Sevilla durante dos años.

Alberto, muy preocupado por los sucesos, decidió visitar a la familia de Filogonio, que se situaba en la provincia de Burgos, en concreto en el gran pueblo de Huerta de Rey, uno de los pueblos con los nombre más raros españoles.


Cuando Alberto logró encontrar el pueblo, con dificultad eso sí, ya que acababa de sacarse el carnet, preguntó a una hermosa señorita que si por casualidad conocía a los padres de un tal Filogonio. La muchacha se rió mucho, le dijó:
-          Hay muchísimos Filogonios en Huerta de Rey, como quieres que sepa quién es ese Filogonio.
-          Hombre, y si te digo que se llama Filogonio Mora Ballesteros.
-          Ah, eso ya es otra cosa, en total hay unos mil Filogonios Mora Ballesteros en este gran pueblo.
-          Bueno, pues lo único que te puedo decir más de él es que posee una gran capacidad memorística.
La muchacha se quedó pensativa, y de repente dijo:
-          ¿Ese tal Filogonio Mora Ballesteros es el ganador absoluto del deporte rey de nuestro pueblo?
-          No se cual es ese deporte, respondió Alberto.
-          Pues cual va a ser, la competición internacional de friquis que aman la conducción virtual, también conocida como la CIDFQALCV.
-          Ah sí, Filogonio la ganó ocho veces.
-          Sí exacto, ya caigo, tu amigo vive al lado de la pastelería del pueblo, que se sitúa cerca de la piscina municipal.
Alberto le agradeció mucho la información a la alegre muchacha y rápidamente se trasladó hasta el lugar indicado.
Una vez allí, se dispuso a entrar en la casa, así que llamó al timbre de florecitas rojas.

Le abrió una señora mayor, de unos 98 años.
Alberto le explicó quien era y porque se había molestado en venir, y la señora le invitó a pasar.
 Bueno, comenzó Alberto:
- Como bien sabéis soy el amigo de vuestro hijo Filogonio, pero antes de ir al grano, ¿me gustaría saber que se le pasó a usted por la cabeza para llamar así a su pobre hijo?

-          Mira hijo, mi marido y yo pensamos que a nuestro hijo había que ponerle un nombre original y pensamos que como la mayoría de los varones se llaman Filogonio, ¿por qué no ponerle ese nombre a nuestro hijo?
-          Hombre la verdad, es que visto así, pero bueno he venido desde Sevilla sólo por saber que ha sido de mi mejor amigo Filogonio.

Los padres se pusieron muy tristes al oir estas palabras, a lo que respondieron:
-          Nosotros llamábamos a Filogonio cada fin de semana, para saber si jugaba a la conducción virtual, estudiaba y esas cosas. Como eres su amigo sabrás que su gran sueño era inventar el mejor chiste de todos los tiempos ¿no?.
-          Claro que lo sé.
-          Pues bien, hace dos años, un amigo de Filogonio cuyo paradero desconocemos, le contó un chiste que le hizo caer en una gran depresión.
-          Es increíble, tan malo era.
-          Fíjate si era malo que cuando Filogonio nos lo contó, a mi marido le dio un paro cardíaco, y a mí un ataque de ansiedad horriblemente grande, pero gracias a Dios los tres estamos bien.
-          ¿Ah, si?
Sobresaltó Alberto. – ¿con que aquí está Filogonio?
 Sí, asintió la amable señora.
-          Ve a verlo a su cuarto si quieres.
En ese preciso momento Filogonio bajó las escaleras y vio a Alberto.

Alberto que no pudo resistir la emoción de no haber visto a su mejor amigo durante dos largos años y tenerle delante, empezó a llorar.
 Lo mismo hizo el pobre Filogonio, así que Alberto creyó que también le había extrañado mucho.
-          ¡Cuánto tiempo Filogonio¡, ¿cómo te va?
-          Por tu culpa.
-          ¿Qué?
-          Por tu culpa caí en depresión y no quiero volver a verte Alberto.
-          ¿Qué te he hecho?
-          Me contaste un chiste que me hizo caer en depresión durante un año, y el otro me lo he pasado creando un virus informático que destruya tu cuenta de facebook.
-          Oye Filogonio.
-          ¡Qué¡
-          También tengo tuenti.
-          ¡ Nooooooooo¡ ¡tendré que pasarme otro año creando otro virus¡
-          Mira Filogonio, ¿cuál fue el chiste que tanto daño te hizo?
-          No me hagas recordarlo por favor, lo pasé fatal.
-          Oye, ¡que he venido desde Sevilla hasta aquí para verte y no me lo cuentas!
-          Vale lo contaré, el peor chiste del mundo dice así:
Un hombre va al médico, y le dice:
-Doctor, vengo porque en mi casa mi mujer y mis hijos dice que no se decir federico.
-¿Cómo?
-          Qué mi familia me dice que no se decir federico.
-          Pues lo dice usted muy bien, a ver repítalo.
-          Mire, FEDERICO.
-          Bueno, lo dice usted estupendamente, márchese tranquilo que lo que querrán es meterse con usted o algo así.
Entonces el hombre llega a su casa y le dice a su mujer:
-Pepa abre el federico y tráeme una cerveza.

Al escuchar esto, Alberto se rió, y como Filogonio todavía recordaba su sentido del humor también se hecho a reir. Filogonio comprendió que este era el mejor chiste de la historia y lo subió en youtube con su nombre.

Fue el chiste con más votaciones negativas de la web, 428.367.132.

Así que Filogonio se reconcilió con Alberto, y juntos ganarían en el año 2007 el CIDFQALCV(competición internacional de friquis que aman la conducción virtual) convirtiéndose en mileuristas, y vivieron felices y se rieron por el chiste.

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